El impacto de una epidemia en la cadena de suministro
La crisis de COVID-19 ha tenido un fuerte impacto en todos los componentes de la empresa y, en particular, en la cadena de suministro. La disminución de la producción de las fábricas o incluso su cierre, el cierre de fronteras o el fuerte aumento de la demanda de ciertos productos han provocado dificultades para obtener materias primas o productos terminados. Por lo tanto, esto pone de manifiesto las deficiencias de las organizaciones creadas. Esta pandemia mundial ciertamente no será la última crisis sanitaria o ambiental que podría dañar la gestión o el futuro de las empresas.
LAOrganización Mundial de la Salud cree que en los próximos años se producirán otras epidemias relacionadas con la aparición de enfermedades contagiosas y está claro que los fenómenos ambientales extremos (tormentas, ciclones, inundaciones, etc.) se están intensificando. Por lo tanto, es esencial garantizar la sostenibilidad de la empresa para reestructurar la cadena de suministro lleva mucho tiempo obsesionada con minimizar los costos y los inventarios. Para liderar eficazmente esta transformación, es necesario llevar a cabo una reflexión profunda basada enenfoque de riesgo.
Dependencia de los proveedores
La identificación de riesgos es un paso esencial para iniciar una gestión eficaz de los proveedores de servicios externos. Un proveedor es, por definición, una empresa que evoluciona en un contexto que es esencial conocer. La crisis actual ha afectado duramente a las empresas, especialmente a las que dependen demasiado de proveedores con sede en China. Aquí es importante entender la cadena en su conjunto, es decir, a los proveedores de primer nivel, pero también a los proveedores Segunda fila. Cada organización debe asegurarse de tener el control sobre lo que compra, pero también sobre lo que le pertenece vendedora comprar. No es imposible tener varios proveedores que se abastecen del mismo fabricante. En este caso, la relación de dependencia entre los proveedores solo se diluye ligeramente.
También es necesario ampliar el debate y analizar la dependencia de un área geográfica. Cuando China, y en particular la región de Wuhan, tuvo que tomar medidas para combatir la COVID-19, se produjeron importantes perturbaciones en la cadena de suministro de un gran número de empresas. En vista de las previsiones sanitarias y medioambientales, ahora parece inconcebible no tratar de distribuir geográficamente la oferta de productos estratégicos.
Incluso si esto tuviera consecuencias en los precios de compra o complicara la cadena de suministro, las empresas deberían tomar las medidas necesarias para reducir sus dependencia de un proveedor, independientemente de su rango, o a una zona geográfica.
Reevaluar lo existente
Estos son solo los hallazgos obvios de los efectos de la crisis del coronavirus en el gestión de riesgos de proveedores. Obviamente, esta gestión de proveedores debe ser objeto de un análisis global que tenga en cuenta los riesgos macroeconómicos, técnicos, humanos, contractuales, sociales y financieros. Estos riesgos deben evaluarse y revisarse, deben implementarse medidas para minimizarlos y, por su parte, los proveedores de servicios externos serán evaluados periódicamente.
Sin lugar a dudas, las políticas de compra, que se centran demasiado en la búsqueda constante de costes mínimos, deberán evolucionar y aprender de la crisis actual incluyendo nuevos parámetros o reevaluando los existentes.