¿Qué es el teletrabajo?
¿Quién es responsable de organizar y controlar la salud y la seguridad cuando los empleados trabajan desde casa?
El teletrabajo significa, por parte del empleador, seguir garantizando la seguridad y la salud de sus empleados incluso fuera de la empresa, lejos de la normativa, los controles y la seguridad internos.
Este aspecto adquiere una importancia aún mayor cuando el teletrabajo se convierte en una forma estructurada de trabajar, incluso más allá de las situaciones de emergencia, como un confinamiento nacional.
El HSE (Health and Safety Executive, la organización de salud y seguridad del gobierno británico), ha publicado un interesante estudio sobre algunos de los posibles riesgos a los que pueden enfrentarse los teletrabajadores. Por ejemplo, desde un punto de vista psicológico, si la relación y los contactos con los directivos y compañeros son insuficientes o de mala calidad, esto podría provocar un estrés intenso y una relativa sensación de abandono hacia el equipo de trabajo.
El análisis
Sin embargo, si analizamos los riesgos desde un punto de vista físico, el teletrabajo podría tener un impacto negativo si las estaciones de trabajo y los entornos de trabajo no son lo suficientemente seguros o ergonómicos como para garantizar la serenidad y la seguridad a los empleados, de modo que puedan llevar a cabo su misión.
Partiendo de este tipo de análisis y estudios, de los que existen numerosas publicaciones, se hace necesario que todos los empleadores, al decidir seguir el camino del teletrabajo, como organización laboral estable y estructurada, se detengan y reflexionen sobre estos aspectos, una obligación que en cualquier caso también se define en el Decreto Legislativo 81/08, que exige la evaluación de TODOS los riesgos durante el trabajo.
¿Qué efectos?
También hay otras consideraciones, que ciertamente son menos obvias pero no menos relevantes, porque el trabajo a distancia afecta a la frontera entre la vida privada y la profesional.
Estas dos esferas, que en sí mismas ya están muy entrelazadas gracias al uso de herramientas de comunicación digital como tabletas y teléfonos inteligentes que hacen que todos estén siempre disponibles, casi se superponen con el teletrabajo. El trabajo entra en el espacio privado, personal e íntimo del hogar.
¿Somos todos conscientes de las consecuencias de este cambio? ¿Cómo se calcularán y predecirán los efectos del estrés relacionado con el trabajo en un mundo en el que el trabajo y el hogar se superponen?
Sin lugar a dudas, las soluciones flexibles y digitales para trabajar en la «nueva normalidad» son muy importantes para afrontar el futuro cercano, pero como siempre, cuando se producen nuevos fenómenos, la atención de los directivos y emprendedores también debe centrarse en estudiar y supervisar estos para seguir teniendo el control sobre las condiciones laborales de los empleados.